En verdad os digo, que me resultaría muy difícil llevarme un ejemplar a casa y provocar la ausencia de dicho pez en las aguas del Estrecho de Gibraltar. Como dice mi amigo Max Mughini para definir al black bass: "è mio fratello".
Por esta principal razón he decidido dedicarle un artículo en la revista Pescamar, que saldrá en breve y explicar en la medida de lo posible y desde mi humilde opinión su pesca en estas mágicas aguas.
Bonitos grandísimos, palometones, barracudas de un tamaño bestial, dentones, anjovas gigantes, etc, nos deleitan con su presencia en estas aguas, peces que cualquiera soñaría pescar en sus jornadas de spinning, pero que para mí pasan a un segundo plano cuando sé, que puedo dar caza a mi "amor inmortal".
Siempre he criticado (constructivamente) al pescador que se dedica a una sola especie, pero la experiencia y el tiempo me ha hecho que me replantee esta respetable opción, y más aún cuando estamos hablando de Doña Labrax.
No sé si el tiempo hará que me dedique exclusivamente a su pesca, pero hoy por hoy no me pasa otra cosa por la cabeza para un futuro no muy lejano.
¿Qué opinais?. ¿Me estaré volviendo más loco aún?, o simplemente ¿Me habré enamorado?.
Buena pesca amigos